[Posición]
1. Nueva visita a Creso, último rey de Lidia, y las predicciones inmobiliarias.
Hace más de una década publiqué una primera postal sobre la inutilidad de las previsiones inmobiliarias, que en esos años eran especialmente abundantes. (1) No habíamos salido aún de la Crisis del 2007 y siguientes y la gente, nosotros los inmobiliarios especialmente, en plena hecatombe necesitábamos un bálsamo sanador: que alguien le contase lo que estaba por ocurrir, y a ser posible, que la Crisis se terminaría próximamente.
Mi intención era la de advertir que, contra todo pronóstico, la previsión del futuro era una cosa inútil y, en ocasiones, hasta podría llegar a ser peligrosa. Y que, por ello, en vez de aceptar los augurios sobre el futuro, prestásemos atención a las señales de alarma temprana que el entorno de esas fechas parecía ofrecernos.
La primera de las postales que iban en ese camino creo que fue esta. A la cual siguieron estas otras dos: El alcalde de Hiroshima y El viajero de Sirio y aun otras, que intentaré localizar. Y la idea al escribirlas era, que el inmobiliario debería de olvidar a los augures del futuro y prestar atención a su presente inmediato.
Bastantes postales después, empecé otra serie destinada al comentario de las señales tempranas de alerta ─ una muy superior opción que la de escuchar a los adivinos ─ y así, hasta que los piratas que me machacaron aquellas webs de entonces, me vencieron y dejé de escribir.
Ahora, retomo esta tarea y tema.
2. La primera alusión a Creso, rey de Lidia y las predicciones inmobiliarias.
Por entonces publiqué lo siguiente:
2.1 El futuro que nunca alcanzamos.
«Estamos en unos días en los que van a empezar a proliferar las entrevistas, en prensa, radio, TV e Internet… con los expertos del sector inmobiliario, en cuya base se encontrarán preguntas sobre el próximo año. Por ejemplo: ¿Qué ocurrirá en 2012? ¿Será mejor o peor que el 2011? ¿Qué cosas podrán ocurrir en el año que entra? ¿Cuáles otras deberían ocurrir para superar la Crisis?, etc.
Esto, viene ocurriendo cada año así que probablemente en esta ocasión volverá a ocurrir de nuevo. Y es que hay sucesos banales –y otros más “hard”- que pueden pronosticarse sin riesgo de equivocarse.
Pero en muchos otros casos no ocurre así. Y es que el futuro siempre es incognoscible y solo de los hechos naturales se puede esperar su inexorabilidad. El futuro humano en cambio, nunca es pronosticable. Ni la brujería, ni la religión, ni la ciencia pueden abrir un hueco en el oscuro muro que tenemos delante y que, sin embargo, todos los hombres traspasamos a cada instante.
Pero… ¿y las predicciones bursátiles, económicas, políticas, etc.?… No les haga caso pues son sólo pura magia y sólo aciertan por casualidad.
Alguien podría pensar que esto es exagerado y que también en temas humanos puede predecirse razonablemente el futuro. No lo crea así.»
2.2 Véase un ejemplo sangriento y espectacular de fallo de las Predicciones.
«Sin embargo, alguien podría pensar que esto es exagerado y que también en temas humanos puede predecirse razonablemente el futuro. Por ejemplo, en las últimas elecciones políticas para el Gobierno de España, las encuestas pronosticaban el triunfo del candidato que luego ganaría efectivamente. Y algunos podrían decir que incluso alguna de aquellas llegó a pronosticar muy bien el número de escaños obtenidos por el partido ganador.
Pues bien, entre otras cosas con las que podría negarse el valor de esos instrumentos de predicción está el hecho de que hace tan sólo ocho años, el mismo partido y candidato eran también favoritos en las encuestas, pero un cisne negro llamado titadyne entró en actividad … y cambió el futuro de millones de personas.»
Así que tome las encuestas y las predicciones de los expertos como un pasatiempo de lo que quizás pueda ocurrir, pero nunca como algo que ocurrirá sin duda.
Note el lector que la labor de un brujo no cambia porque para la predicción del futuro utilice la traza del vuelo de las aves en el cielo, la posición en el suelo de la caída de unos huesos, el estado de las vísceras de un buey ─ desventrado al efecto ─ los posos de té en una taza vacía, la visión de las constelaciones o el trazado de algunos gráficos por ordenador basados en listados de hechos pasados, tratados de una u otra forma.
Todos ellos, todos, solo son métodos para adormecer el espíritu garantizando lo que no pueden pero que –en función de la fe de sus adeptos ─ logran tranquilizar el espíritu y “justifican” la actuación que luego se emprenderá. Son, ciertamente, estímulos para la acción, pero sin garantías de eficacia.»
Lea si no la siguiente historia:
3. La creencia de Creso, último rey de Lidia, en su futuro, lo destruyó.
3.1 La historia de Heródoto.
Hace más de 2500 años Creso, rey de Lidia, decidió consultar a una serie de oráculos (el de Delfos y Anfiarao, entre otros), sobre si era el momento adecuado para invadir el territorio persa, imperio en expansión en esos momentos, con el que lindaba por Oriente, mediante el río Halis.
La historia es fascinante y le voy a dejar unos enlaces para que se sorprenda de la génesis de una creencia que terminaría con Creso y su dinastía. (3)
Las preguntas a los oráculos recibieron respuesta y dos de ellas afirmaban lo mismo y acertaban en la prueba de verdad (¿qué estoy haciendo ahora en el momento de abrir las respuestas del oráculo) que Creso, astutamente, les había impuesto.
Las respuestas de los dos oráculos eran similares y decían:
─ «Creso, si cruzas el río que separa Lidia de Persia, destruirás un gran imperio».
Creso, sin prestar ninguna atención a la ambigüedad de la respuesta, que podía significar dos escenarios futuros totalmente opuesto entre ellos, se preparó para la batalla, cruzó el río y, tras una serie de encontronazos con los persas, el imperio reducido a cenizas fue el suyo.
El error de Creso ─ no medir adecuadamente los riesgos de sus acciones, no apreciar correctamente las oportunidades, despreciar las contingencias y creer sólo en el escenario más favorable, no es infrecuente en nuestros días, (pues) casi a diario podemos leer y ver en los medios públicos de información sucesos que nos llevan a preguntas tales como:
- ¿Nadie imaginó que esto podría pasar?
- ¿Cómo ha podido ocurrir si nada parecía aventurarlo?
Creso aceptó sin dudas la versión del Oráculo porque creía en el valor de las predicciones, en la autoridad de sus emisores y las pruebas de verdad que poseía.
Todo eso le había convencido.
3.2 Pero primero perdió la Sabiduría.
Así que Creso, rechazó la sabia decisión de su consejero Sándamis acerca de la escasa ganancia que obtendría Lidia si ganaba la guerra y de la enorme destrucción en la que caería, si la perdía. Cuenta Heródoto que:
─ «LXXI. Entretanto, Creso, deslumbrado con el oráculo y creyendo acabar en breve con Ciro y con el imperio de los persas, preparaba una expedición contra Capadocia. Al mismo tiempo cierto lidio llamado Sándamis, respetado ya por su sabiduría y circunspección, y célebre después entre los lidios por el consejo que dio a Creso, le hablo de esta manera:
—»Veo, señor, que preparéis una expedición contra unos hombres que tienen de pieles todo su vestido; que criados en una región áspera, no comen lo que quieren, sino lo que pueden adquirir; y que no beben vino, ni saben el gusto que tienen los higos, ni manjar alguno delicado. Si los venciereis, ¿qué podréis quitar a los que nada poseen? Pero si sois vencido, reflexionad lo mucho que tenéis que perder. Yo temo que, si llegan una vez a gustar de nuestras delicias, les tornarán tal afición, que no podremos después ahuyentarlos. Por mi parte, doy gracias a los dioses de que no hayan inspirado a los persas el pensamiento de venir contra los lidios.
Este discurso no hizo impresión alguna en el ánimo de Creso, a pesar de la exactitud con que pintaba el estado de los persas, los cuales antes de la conquista de los lidios ignoraban toda especie de comodidad y regalo. Y, de hecho, su derrota en la batalla del río Halis terminó con su imperio que fue absorbido por su enemigo, el imperio persa. La profecía del oráculo se cumplió, pero el destruido fue el creyente en el oráculo.» (4)
4. ¿Y en la inmobiliaria actual?
No haga mucho caso de los oráculos, inmobiliarios o no, pues el valor de las profecías es cero. Y si bien pueden tranquilizar o alentar la acción en determinados casos, si actúa según la magia, por muy revestida de ciencia que esté su exposición, sus resultados pueden ser terribles en el caso de que se equivoque… o quizás aún peor, pues si aciertan esta vez, este aparente triunfo puede reforzar su creencia en el valor (refuerzo positivo) de los mismos y su siguiente error puede ser mortal.
5. Despedida y notas:
Olvide el futuro y ocúpese de su presente inmediato. Y si acaso… por si no se hubiese quedado conforme, le señalo que el enfoque racional hacia los futuros posibles –anote el plural que utilizo- y que debiera contemplar usted, no pasa por aceptación de las predicciones de los oráculos, ni aun cuando esos sean prestigiosos académicos o empresas del Sector, sino por una ciencia denominada Prospectiva, de la cual hablaremos en próximos artículos, con la esperanza de que los agentes del sector inmobiliario se enteren de la necesidad de la elaboración de un plan de prospección de los futuros posibles del Sector, de forma inmediata.
Miguel Villarroya Martín
NOTAS:
(1) Nota del 16/06/2012:Esto lo escribí en Inmodiario.com el 16-12-2011. Véase en: (https://inmodiario.com/96/13332/creso-ultimo-rey-de-lidia-y-las-predicciones-inmobiliarias/ No era la primera vez que hablaba de ello, pero en ese momento me pareció oportuno alertar sobre la avalancha de predicciones que se producirían por parte de los expertos del sector ante las preguntas de los periodistas… y la vacuidad de todas ellas. Cada año ocurre igual y cada año se les hace la misma pregunta … con la misma respuesta, claro está.
¿La misma?… La misma en un sentido radical, esto es, que en todos los casos, tanto si dicen que el futuro próximo será mejor que el del año anterior como si dicen lo contrario, en esas dos opciones se da por sentado que se puede establecer con seguridad el futuro del sector lo cual NO ES CIERTO en un sistema caótico. En otro apartado de este magazine –Oldies but Goldies– le daré un ejemplo extremo de esta situación ocurrida un año antes de la publicación del artículo de referencia.
(2) Prospectiva: Las dos definiciones del DRAE indican: 1. adj. Que se refiere al futuro. Y 2. f. Conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro en una determinada materia. Véase en: https://dle.rae.es/prospectivo
(3) En versiones anteriores de esta postal le recomendaba: «Léase el interesante artículo sobre prospectiva titulado ‘Pasado, presente y futuro’ del Lic. José María Condomí Alcorta, donde ese autor cuenta esta historia de Creso», pero, lamentablemente, el enlace ha desaparecido. NO obstante, si le sigue la pista al autor encontrará otros textos suyos sobre Prospectiva del más alto interés. Véase, por ejemplo:
Una descripción de la historia de Creso puede encontrarse en la Wikipedia. Léase en: https://es.wikipedia.org/wiki/Creso , y en muchos otros lugares.
(4) Heródoto de Halicarnaso, Los nueve libros de Historia (Libro I, 71) Puedo leerlo en: https://www.suneo.mx/literatura/subidas/Heródoto%20de%20Helicarnaso%20Los%20Nueve%20LIbros%20de%20la%20Historia.pdf
(5) Imagen destacada: Óleo de Salvator Rosa El hijo sordomudo de Creso impide que los persas maten a su padre.(1.663) Puede verse en: https://www.meisterdrucke.es/impresion-art%C3%ADstica/Salvator-Rosa/19176/Escena-de-la-historia-griega%3A-El-hijo-sordomudo-del-rey-Creso-impide-que-los-persas-maten-a-su-padre.html