El mantenimiento, en muy buen estado, de la relación con el cliente propietario, mientras el contrato está vigente, es condición necesaria para el buen fin de la operación. Se trata de asegurar la posición detrás nuestro para que su sólida base nos permita una eficaz comercialización del inmueble. Esto nos llevará, ya a la venta pacífica del bien, ya a su renovación si al término del plazo de su vigencia, no se ha finalizado la operación con éxito.