1 El origen del nudo gordiano. (1)
En la ciudad de Gordión, en la península de Anatolia, antes Frigia, en la actual Turquía, hubo una vez un rey que murió sin descendencia. Para resolver la sucesión al trono, se consultó al oráculo del templo, el cuál indicó que debían coronar rey, al primer hombre que llegase hasta el templo y que este lo haría montado en un carro tirado por bueyes en el que se habría posado un cuervo.
Así ocurrió y un campesino llamado Gordias fue ese hombre.
Gordias fue coronado rey, y, en agradecimiento, ofreció su carreta al dios Zeus. La carreta y el yugo de los bueyes fueron atados a una de las columnas del templo con una cuerda que se anudó de una manera especialmente enrevesada. En dicho nudo, no se podían ver las puntas o cabos de la cuerda, con lo cual era muy difícil saber cómo se había realizado el nudo.
El oráculo de la ciudad pronosticó más tarde, que quien desatara el nudo sería el dueño de todo el Oriente.
Cuatro siglos después, Alejandro el Magno, en plena guerra de expansión hacia el Oriente, pasó por Gordión y los sacerdotes del templo lo desafiaron a resolver el problema. Dada su complejidad, ninguno de los numerosos optantes a desatarlo, lo había logrado antes.
Alejandro lo intentó y tampoco pudo. Entonces, consciente del peligro al que estaba abocado (2) sacó su espada y lo cortó de un tajo diciendo al instante: – «Tanto monta (es lo mismo) cortarlo que desatarlo» (3), pensando así que lo profetizado por el oráculo se cumpliría en su favor.
La Historia nos dice que, efectivamente, Alejandro fue, de victoria en victoria, hasta las puertas mismas de la India.
Como todas las historias ésta también puede ser leída de muchas formas pero yo quiero utilizarla para señalarle que en algunos casos nos enfrentamos a situaciones con difícil solución o desenlace; a situaciones que no podemos resolver en la manera esperable. Y que por tanto, la solución no vendrá por el camino común, sino por la audacia y fuerza al recorrer otros poco trillados.
2 Los nudos gordianos de nuestro trabajo
Cuando esté ante una situación difícil, asegúrese de ello, pero si después de un análisis racional el problema sigue siendo insoluble, córtelo de un tajo. En algunas ocasiones la resolución de nuestros problemas consistirá en «romper» con la situación que los produce… y asumir los resultados de la ruptura. Esto nos llevará ante una nueva situación, quizás más favorable.
Sin embargo, otras veces, ante situaciones complejas, difíciles o aparentemente irresolubles, lo adecuado no es «romper» el problema ―cortarlo― sino desatarlo. Es decir, de tratar de comprender la situación ante la que nos encontramos y decidir un plan de adaptación a la ella.
Véase que el gran Alejandro confundió intencionadamente el método… porque no logró encontrar la solución al problema y porque deseaba que el oráculo de los dioses actuase a su favor, pero aunque lo diga el Magno, cortar NO es lo mismo que desanudar.
Note además que si, por cualquiera de los dos caminos, resolvemos el problema que otros no han podido antes solucionar, seguro que nosotros también ganaremos el Oriente y seremos los dueños del Asia Menor.
¿Recuerda el considerable éxito de cosas tales como las notas post-it, el microondas, el i-pod, etc.? Antes, nadie había resuelto lo que resuelven esas cosas con la eficacia que lo hacen ellas. Y su solución hizo (más) ricos a sus creadores.
Pero ¿cabe en nuestro sector de la intermediación inmobiliaria, cosas o productos tales como los señalados?
Pues claro ¿recuerda que hace unos años, una cadena de franquicias desató el nudo gordiano de las rebajas inmobiliarias, que a todos sus competidores parecía imposible de tratar?
Pero… ¿Y ahora, tras la Crisis?
Hoy el nuevo nombre del nudo gordiano se llama innovación. Le señalo que si ahora seguimos haciendo las cosas como antes de la Crisis, la probabilidad de que estemos haciendo algo equivocado es máxima. Hoy nuestra tarea consiste en reevaluar todo nuestro desempeño, en examinar cómo hacemos las cosas que hacemos y decidir si son las necesarias para esta nueva etapa en la que estamos. Hoy el carro de Gordias―nuestra empresa ―sigue atado a la columna del siempre lo hemos hecho así, con la fuerte soga de la rutina. Desátela o córtela (4), pero no se quede inmóvil, atado, a los procesos de siempre. Innove, cambie, adáptese a la nueva realidad.
¡Siga con salud!
Miguel Villarroya Martín, a 13 de mayo de 2016 / Madrid. España/ RdP. 012 / ventasgrandes.com
Notas:
(1) Nudo gordiano es el nudo de Gordias, por el nombre del campesino que luego fue rey, según hemos contado. Pero… ¿con qué otro significado utilizamos la expresión nudo gordiano en nuestro idioma?
«También, en castellano, «nudo gordiano» se suele utilizar para referirse a la esencia de una cuestión, de por sí de difícil comprensión, de tal manera que desatando el nudo, es decir, descubriendo la esencia del problema, podremos revelar todas sus implicaciones.» Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Nudo_gordiano») (Note que en esa opinión se distinguen: una acción (desatar, desenredar, analizar, etc.), y su consecuencia, revelar (descubrir, conocer, etc.) sus implicaciones (problemas, oportunidades, aspectos, etc.).
(2) Si el que desatase el nudo estaba llamado a conquistar todo Oriente, el incapaz de deshacerlo, tampoco podría alcanzar la gloria. Y los sacerdotes del templo, bien que se ocuparían de difundir la noticia de que tampoco el gran Alejandro lo había conseguido. Y para la moral de sus tropas eso sería un veneno mortal. Alejandro se da cuenta del peligro en el que se ha metido, su irresolubilidad por la vía pretendida… y decide otra solución para desatar el carro de Gordias de la columna, la espada.
(3) Nota para los lectores españoles.
“Tanto monta, abreviación de tanto monta cortar como desatar, es el mote heráldico (comienzo de una frase breve que constituía, sola o acompañada de la empresa —o figura heráldica—, una divisa alusiva a la persona que lo usaba) que utilizó Fernando II de Aragón llamado el Católico. Su divisa personal consistía en la representación del nudo gordiano atado al yugo, cortado (que remitía a la anécdota de Alejandro Magno), acompañado del mote «tanto monta», que iniciaba la frase «tanto monta cortar como desatar», señalando que los medios utilizados para resolver un problema no son importantes frente a la solución de este. Probablemente esta divisa le fue sugerida a Fernando II de Aragón por el gran humanista Antonio de Nebrija.” Léase la nota completa y obsérvese las figuras que en ella se aportan. Son muy interesantes.
Como es conocido, el yugo ―de la carreta de Gordio― y la cuerda rota por Alejandro, que lo envolvía, han desaparecido del actual escudo de España.
Y también han desaparecido las flechas de la Reina Isabel La Católica, atadas con un trozo de la misma cuerda, que nos remitía a otra bien conocida anécdota de Alejandro (4), de la que hablaremos en otra postal.
(4) Ambas cosas ―cortar y desatar― son necesarias en nuestra actividad. No olvide ninguna de los dos.
(5) El logrado diseño de la imagen utilizada es del ilustrador que firma en Pixabay con el número: 35393. Y estaba en esa web, bajo la etiqueta de Dominio público. A ambos agradecemos su cortesía por el libre uso de la imagen.